—El montoncito de arena que se está formando a mis pies me indica que tengo que caminar, no puedo seguir en el desierto o seré pasto de los buitres.
Estoy de suerte, ese destello en la lejanía me indica que estoy llegando a un pueblo, se acabaron las penurias.
Cuando haya descansado me ocuparé de ese zarrapastroso, me ha robado el dinero y mi todoterreno, lo más preciado por estos lares.
—Buenas noches, ¿quedan habitaciones?
—Claro, pero tiene que pagar por adelantado.
—Me lo han robado todo.
— Yo invito, se quien le robó.
— Muchas gracias señorita.
Un ladrón siempre paga, sin gasolina, ha sido pasto de los buitres caminando.
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