domingo, 28 de febrero de 2016

Lluvia

Lluvia cae,moja mi cabeza al salir,
lluvia torrencial y pretenciosa,
son mis pensamientos al sentir,
el compás resbalando silenciosa.

Lluvia cae,te visiono a través del cristal,
me empapas como la helada a la madrugada,
eres potencial,de variedad incondicional,
enternecedora, como una pasión amada.

Lluvia cae,me vienes a visitar,
provocas gran humedad,
sintiendo sensación de tiritar,
te observo en la soledad.

Ayer te vi que bajabas,
me provocas paz,proporcionas tranquilidad,
por mi cristal resbalabas,
te paraste a saludar con gran humildad.

Lluvia cae sin cesar,
castigas los campos sin piedad,
eres imposible de sujetar,
desbordas ríos de sinceridad.


Ayer te vi que subías,
yo descendía cansado y fatigado,
al compás de mi paraguas te movías,
eres infatigable,serpenteas hacia al mar salado.

Eres mía, te acaricio con dulzura,
me traspasas,atraviesas mis huesos de humedad,
pones en mi soledad  cordura,
desbordas el mar de inmensidad.

Lluvia cae sin control hacia la eternidad,
eres un domingo de café en el sofá,
visitas mi rostro de felicidad,
eres ambigüedad,estas loca de atar.

Lluvia cae,distorsionas con facilidad,
derrites la nieve en las laderas,
caes por litros sin piedad,
inundas valles y praderas.

Lluvia cae,inundas mi soledad,
te vuelves sinuosa hasta la saciedad.

viernes, 26 de febrero de 2016

Sonrisa.

Una carcajada y aquí estoy,
tu sonrisa se ve reflejada en tus labios.

Tus movimientos son perfectos,
te persigo hasta enloquecer,
mañana te veré al amanecer.


Tú sonrisa se instala en mis pensamientos,
estás ahí permanente,
nos vemos en la orilla,
remando a contracorriente.


Te siento cerca,cuando estoy muy lejos,
te siento lejos cuando estoy muy cerca,
eres mi amada, sin ti no soy nada.

Nos vemos esta noche en la luna,
los dos seremos uno,
navegaremos a través de los mares,
te buscaré sin pausa, por estos lares.


Tú sonrisa me despista,
me atrae ,pero me aleja,
tu sonrisa te delata,
se refleja en mi semblante, ,
retumba en mi cabeza como una serenata.


Mañana vengo a verte,
no te distraigas,
tu me recibirás con tu sonrisa,
yo te desnudaré en mis pensamientos, a la orilla de la chimenea.

Tú sonrisa te delata,
en mí pasión deshata.

sábado, 13 de febrero de 2016

Ayer

Fue ayer,decía el,han pasado ya la friolera de veinticinco años de aquel acontecimiento.
El frecuentaba a menudo aquella playa donde solía nadar y pescar con aquellas cañas que su abuelo le había dejado en herencia.

Pero la realidad  era otra bien distinta,Narciso, -que así se llama el protagonista de esta historia-,había pasado un cuarto de siglo de su vida privado de su libertad injustamente,por un delito que no había cometido.

El destino le jugó una mala pasada,su delito fue estar en el lugar equivocado a la hora inadecuada;la noche era su verdadero yo,y a la vez su brutal traicionera.La madrugada de un martes cualquiera,se sentía cansado con la conducción,por lo cual decidió aparcar su camión en un área de carretera para echar una cabezada.

Al cabo de un rato,cuatro malnacidos aparecieron con su ranchera haciendo disparatadas maniobras por el recinto e increpando a una maltrecha muchacha del servicio de limpieza,de atemorizarla pasaron a las amenazas y de ahí a la violación consumada y el asesinato.

Cuando desperté por el ruido,solo pude ver un automóvil huyendo despavorida mente del lugar de los hechos,cuando me percaté que una persona yacía en el suelo,quise socorrerla, pero ya era tarde,y lo único que conseguí es que unos testigos de una habitación del motel me reconocieran como el autor del crimen ante la autoridad policial.

Sin tiempo a reaccionar,me vi involucrado en un abrir y cerrar de ojos en un acontecimiento que daría un giro radical a mi vida.
El juicio fue rápido,sin apenas tiempo para buscarme un abogado decente,y el que defendió mi causa resulto ser un vendido,con el transcurrir del tiempo descubrí que había sido sobornado por el padre de uno de los asesinos,-un poderoso empresario del país,que no dudó en usar su dinero como defensa-,por lo cual las pocas posibilidades que tenia de no ser condenado,se desvanecieron de un plumazo.


Lo perdí todo,a mi familia, a mis amistades y lo que es peor,me despojaron de mi libertad y mi autoestima quedó por los suelos.Desgraciadamente mi esposa falleció de un cáncer terminal repentino dejando a mi hija Alba,con dos añitos, al cuidado de mis suegros como único pilar para su malograda vida.

Creció sin sus papas,en un entorno agradable pero sin el cariño paterno y materno filial necesario.


Estaba claro que el destino me había jodido la vida,pero gracias a mi arrojo y tesón  he conseguido demostrar mediante mi adn,que yo no fui el responsable de aquella maldita noche de Febrero.

Lo responsables ya no van a entrar entre rejas porque el delito ha prescrito,pero yo personalmente me voy a encargar de sus conciencias,y no pararé hasta que sean absorbidos por ellas.

Hoy es un gran día,vuelvo a ver el sol entre las nubes saboreando la libertad que nunca debí perder,y el cariño y amor de mi hija,-famosa abogada del país,que ha contribuido a la libertad de su padre-,a la cual venero.

Vuelvo a mi playa,y tal como hice ayer,me doy un baño de salitre en vena que relaja mi mente y purifica mi corazón.

Como decíamos ayer,cuando nos bañábamos en este arenal,han pasado veinticinco años,pero en mi corazón y mi mente ha sido ayer a las cuatro de la tarde.

Nunca pierdas la integridad ante la adversidad


Como decíamos ayer......

jueves, 4 de febrero de 2016

El Avellano, sin novedad en el frente.

-¡Que pasa abuelo!, -buenas tardes Quintín, ya hace varios días que no venias a visitarme, estaba preocupado, mi mente ya empezaba a extrañar tu ausencia.

-Ya sabes abuelo, que ahora tengo menos tiempo, me faltan horas en el día. En el trabajo no doy a basto, Jimena embarazada, -a dos semanas de salir de cuentas-, preparativos de ultima hora en casa para acoger al retoño, etc. Sé, que últimamente te he tenido un poco olvidado, pero no desesperes, siempre estas en mis pensamientos, pero bueno, cuéntame como estás.

-Poco te puedo contar, ya sabes que el transcurrir de mis días es estar atado a esta silla, leo mucho, observo por el ventanal de la galería al vecino cultivando la huerta, escucho la radio, y poco mas que contarte, sin novedad en el frente.

-Ya sabes abuelo, eres el mejor espejo en el que mirarse, eres todo fuerza y pundonor, nunca decaes en tu lucha diaria, por ver el lucero del alba, un día mas.

-Pero bueno ,vamos a dejar las penas y problemas a un lado por un rato y cuéntame una de tus historias.
De esas que te toco sortear, cuando la vida se puso tan jodida. Ya sabía yo que estabas tardando en pedírmelo.
-Sonríe-.

-Hoy te voy a contar una muy triste,- de las que te encogen el alma-,pero la historia tiene final feliz.
Corría el mes de marzo de 1939 y la guerra estaba a punto de finalizar. España estaba devastada, y los nacionales buscaban republicanos hasta debajo de las piedras. Tocaba refugiarse un tiempo o morir en el intento.

El ejército republicano estaba fundido y casi  no quedaban efectivos.
Dos compañeros y un servidor, cogimos varios víveres que quedaban por allí perdidos, en los estantes del cuartelillo y emprendimos un viaje hacia la libertad.

 -Amparados por los primeros rayos de sol y con la moral muy alta, embarcamos en un viejo buque de guerra que estaba atracado en el muelle de Ceuta.

-Sin tiempo que perder, emprendimos viaje hacia tierras africanas,- concretamente al norte, en Argelia, en el famoso puerto de Orán-, a través del estrecho.

 Sinceramente, no fue un viaje muy agradable,  dos días de duración muy intensos, donde vivimos todo tipo de penurias, pero también alegrías, viendo los rostros de muchos compañeros, felices de oler la ansiada libertad.

-Las primeras veinticuatro horas fueron bastante llevaderas, pero las restantes se hicieron insostenibles.
El hambre se había apoderado del pasaje, en el barco había niños, mujeres embarazadas, soldados heridos físicamente y muchos otros psicológicamente, de tanta muerte y desidia vivida.

-El caso, es que ya de buena mañana, estábamos sentados en la cubierta deseando llegar a la  ansiada libertad,- que por otro lado, no fue la soñada, a nuestra llegada a Orán, tuvimos que pasar una cuarentena antes de desembarcar, pero esa es otra historia-,cuando de pronto, veo a una chica intentando dar el pecho a un bebé de unos tres meses, bastante perjudicado, su madre muy desgalichada y con cara de hambre. 
La chica lo intentaba una y otra vez, pero de sus pechos no emanaba ni una sola gota de leche, estaba tan vacía, que la criatura no saciaba su hambruna y no paraba de llorar, su llanto era ensordecedor.

-Nosotros ya llevábamos muchas horas sin comer, las viandas que cogimos en el cuartelillo fueron muy escasas, y teníamos que racionarlas; sin pensar mucho en las consecuencias, saqué del petate, el último bote de leche condensada con el que teníamos que alimentarnos los tres, me acerqué a la chica y se le ofrecí.
-Toma este bote y da de comer a tu bebé para calmar su llanto, te ofrecería mas, pero no tengo-.

-Muchísimas gracias camarada, le estaré eternamente agradecida, mi hijo se iba a morir en mis brazos de hambre, sin poder poner remedio a ello, gracias de corazón.

-Con este gesto, me sentí muy aliviado, y aunque el hambre se había apoderado de nosotros, siempre pensé que había merecido la pena salvar la vida de una criatura que será el futuro de nuestro maltrecho país.

-Gritamos con  fuerza, ¡Por la libertad de expresión, por los derechos humanos y el fin de todas las injusticias!,  y alzando nuestros puños al aire, arribamos  al puerto de Orán, ya estábamos en Argelia, 
-pero no podíamos desembarcar por la obligada cuarentena-, con el  pensamiento en nuestros cerebros del deber cumplido.

Esta es la historia  de hoy Quintín, por hoy ya acabo, estoy cansado y fatigado,  no quiero sufrir mas recordando.

Muchas gracias abuelo. Ha sido un rato muy agradable, hasta el próximo día. -Quintín le da un beso a su abuelo y se va-.

¡Viva la libertad! -grita Aurelio-.

-Sin novedad en el frente.