«La Puerta de Alcalá ha desaparecido»

 

Jana es una niña soñadora y pizpireta madrileña de pura cepa; su infancia es muy feliz, siempre con una sonrisa. No puede parar quieta, siempre está con algún plan, que para su familia es más bien su próxima trastada.

Enamorada de la magia, solo piensa en su décimo cumpleaños, deseosa de que sus progenitores le regalen un juego de magia que ha visto en el escaparate de la juguetería de su barrio; su deseo es una realidad el día de su onomástica.

—¡Mamá, yo quiero ser como ese señor que sale en televisión, ese que ha hecho desaparecer la Estatua de la Libertad y ha atravesado la  Gran Muralla China!
¡David Copperfield, se llama!

— ¡No pides nada tú, chiquilla! Pero está muy bien así, me encanta ver a mi hija tan decidida, queriéndose comer el mundo!

Jana lo intenta, su "conejillo de indias" es su perro Blas, que harto de sus trucos fallidos ya no sabe donde esconderse, la chica siempre acaba descubriendo su escondite.
Ni que decir de sus dos hermanos Petra y Gregorio, asustados siempre acaban saliendo despavoridos.
Hay que reconocer que su insistencia debiera tener recompensa, pero sus trucos no mejoran, su torpeza hace que sus amigos se rían de ella; lo peor de todo es que en la función navideña de su colegio, intentó un truco para hacer desaparecer a la mascota de clase, un hámster precioso llamado Canela.
—¡Nada por aquí, nada por allá! ¡Canela desaparece ya!
Pero el roedor no desaparece, o mejor dicho, ha desaparecido de su jaula y ha aparecido en el escote de la directora.
Evidentemente, ha generado  abucheos, mofas y malas caras, pero nuestra pequeña maga no se desanima, en sus adentros piensa que algún día será la digna sucesora de su ídolo.

Ella quiere que su magia sea lo más complicada posible y no se da cuenta que tiene que empezar con menos dificultad.
—¡Un, dos, tres! ¡Tu falda desaparecerá! Acaba de dejar en paños menores a Petra, delante de todos, en las fiestas del barrio, obviamente su hermana se ha enfadado; y no menos enfadado está Gregorio, que ayer también quedó en ridículo, cuando lo dejó  sin pantalones, o a su padre sin peluquín, el hombre acomplejado, tardó varios meses en asimilar que todo el barrio sabía que era calvo.

Pero Jana no cejaba en su empeño y llegó su gran oportunidad.
—Mamá, en junio viene la gira de Copperfield al Wizink Center y me gustaría asistir.
Su madre, compra dos entradas que le cuestan el sueldo de un mes que serán una sorpresa para la adolescente de catorce años.

¡Ha llegado el día!
—¡Jana, nos vamos al Wizink Center!
— ¡No puedo quererte más mamá, eres la mejor madre del mundo!
A mitad del espectáculo, el ilusionista pide un voluntario y Jana es la elegida.
Los mejores productores mundiales se pelean por su contratación, a sus treinta años, ha conseguido su sueño y es la digna sucesora de su ídolo.
¡La Puerta de Alcalá ha desaparecido!