lunes, 28 de noviembre de 2022

«En Somalia nada es lo que parece.»


 -Buenos días.

Soy John Harper, reportero de guerra, enviado especial de la CNN en Somalia; podía ser Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana o República Democrática del Congo. Todos, con el mismo nexo de unión, la utilización de Niños Soldados en sus conflictos.
Hoy en directo, en territorio del ejército somalí, apoyado por Occidente en su lucha contra los rebeldes, sigue reclutando niños y aquí estamos con uno de ellos, Jasir de nueve años.

-Jasir, háblanos de tu diario en el conflicto. (John).

-Nos levantamos temprano, sin amanecer ( dormimos con el uniforme), nos calzamos las botas y sin comer, nos disponemos a entrenar.
Yo nunca había sostenido un arma en mis manos, pero al día siguiente de nuestra detención nos enseñaron a usarla y empecé a luchar. En la primera refriega, murieron ocho niños, pero yo me cargué a seis hombres del ejército rebelde con mi fusil.
-¿Estáis bien alimentados? (John).
-En Somalia, la gente se muere de hambre porque aquí no llueve, por lo que los alimentos básicos escasean, así que nosotros no vamos a ser menos, a penas comemos, para nosotros sostener el arma ya es un suplicio diario, pero a la fuerza, te haces a todo.
-¿Cómo son los somalíes en general? (John).
-Los somalíes somos gente violenta por naturaleza, porque así nos han educado, vivimos hace años en una guerra permanente.
Y como no tenemos bastante con matarnos entre nosotros, nos dedicamos a la piratería y a secuestrar a gente de otros países.
-¿Crees que algún día, podrás abandonar esta espiral de violencia? (John)
-Espero que sí, aunque ahora mismo, estoy  pensando en la próxima batalla contra los rebeldes.
-Mucha suerte amigo. (John).

Esta entrevista fue realizada hace ocho años, hoy Jasir, ha salido de esta mierda.
En Somalia nada es lo que parece.

«La natación es mi arte moderno.»

 


Amanece un día más (que no es poco) en mi vida, el sol luce en todo su esplendor, aprender a convivir con el dolor es mi máxima aspiración. Hace tres años que mi vida dio un giro radical, dolor constante, jornadas interminables en el trabajo que eran insostenibles, hasta llegar a casa, para tomar el siguiente antiinflamatorio.


Así un día tras otro, hasta que tu cuerpo dice que ya basta, que no  puede seguir con esa tortura. Permanecer de pie varias horas seguidas es tortuoso e intentar sacar tu mejor sonrisa cara a la galería se han vuelto insostenibles.

La pandemia me obligó a parar en el trabajo y llegó el punto de inflexión en mi vida.
Piensas que el dolor va a remitir al parar físicamente, nada más lejos de la realidad, comienza mi calvario particular.

Mis huesos crujen como la hojarasca cundo se pisa, mi columna vertebral chirría como una bisagra vieja sin engrasar, las noches se hacen interminables y el insomnio prevalece a diario sin remisión.

La decisión está tomada, acudir al médico y buscar la mejor solución para tu dolencia crónica, el dolor me ha vuelto irascible, falto de reflejos, me estremece, ya no me acuerdo de un día sin aflicción y automedicarse no es la mejor solución.
El desconsuelo invade mi cuerpo cuando el médico me dice que hay que parar, los resultados de las diferentes pruebas médicas indican que tu enfermedad es degenerativa, no hay otra solución que cambiar tus hábitos y poner freno a ese dolor.
Nadar y dejar la mente al servicio de los tuyos es el mejor remedio para atajar este problema.
La natación es mi arte moderno particular y el mar fuente de inspiración y perpetuidad.
Nadando el dolor desaparece y mi mente se evade a situaciones maravillosas.

sábado, 19 de noviembre de 2022

«Lo mejor está por llegar.»

 


Karl camina a diario dos kilómetros que separan su casa del muro con el que ha crecido en la República Democrática Alemana (no conoce un Berlín libre, ya que lleva construido veintiocho años y a él le contemplan veintidós). Sabe por sus padres, que se conoció una ciudad libre, pero no lo ha vivido en sus carnes.




Acaba de llegar a la frontera de hormigón y como cada mañana está deseoso de ver a través de un agujero a su amada Frieda, que vive al otro lado del maldito muro de la vergüenza en la República Federal Alemana.

Ambos son conscientes que su relación es complicada, llevan dos años haciendo lo mismo, solo se ven, pero no hay contacto corporal, están deseosos que llegue el día señalado y están convencidos que es hoy.
Efectivamente, este frío 9 de Noviembre de 1989 además de traer un día gélido, trae consigo la apertura del maldito muro.
Ella de familia capitalista y él comunista, una mezcla explosiva que el amor ha juntado; Frieda está acabando la carrera de medicina y Karl trabaja de tornero en una fábrica.
-¡Frieda te quiero!
-¡Y yo a ti cariño!
-¡Somos libres!
-¡Por fin podremos hacer nuestro sueño realidad!
¡Las lágrimas empiezan a brotar en los ojos de ambos! ¡No pueden creer lo que están viendo!
Los militares se apartan y deponen sus armas, dubitativos no saben que hacer, temen que sea una trampa.
¡Hay abrazos y lágrimas de alegría! Ellos deciden no ser menos, su abrazo dura varios minutos, seguido de un tórrido beso inevitable.
Son detenidos por escándalo público, en comisaría, el padre de Frieda que es militar, interviene y quedan en libertad.

Ambas familias colaboran en la demolición del muro, pico en mano, entre risas y sollozos celebran su libertad, lo mejor está por llegar.


 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

«El Planeta agoniza y la Madre Naturaleza cobrará su venganza.»

 



-Samhain, ¿Dónde vas?

-Voy a buscar setas al bosque.
-Está bien, no tardes, en breve empezamos con la celebración que hace honor a tu nombre, el pueblo te aclama, sabes que eres el elegido para liderar la aldea.
-No te preocupes Madre, no tardaré.

Nuestro protagonista solo tiene 10 años, pero tiene la madurez de un adulto, las circunstancias así lo han querido.
Desde que tenía uso de razón, salía con su padre a por setas, ahora sale solo, su padre ya no está entre nosotros.
No es una noche cualquiera, hoy se celebra el Samhain en la aldea y el bosque parece haberse engalanado para la ocasión, los árboles lucen con su colorido otoñal en todo su esplendor y las hojas flotan en el aire como polvo en suspensión.
Todos estos detalles han hecho que Samhain se distraiga y sin darse cuenta se ha adentrado en una parte del bosque que no conocía; la noche ha comparecido en escena y el chico empieza a sentir un miedo atroz.

Media aldea lo está buscando, pero ni rastro de el chaval, es como si el bosque se lo hubiera tragado; y así ha sido, literalmente. Se encuentra en el interior de un roble que habla, en él habitan hadas y duendes, a su alrededor las flores cantan y los animales viven en total sintonía con la naturaleza, un cuento de hadas y nunca mejor dicho.





-¡Hola pequeño! Soy Andrea, la reina de las hadas y de este reino.
-¡No me hagan daño, por favor!
-¡Jamás! Eres el elegido para propagar nuestro mensaje a los tuyos. Pronto serás el líder de tu aldea y acabarás siendo el Rey en tu mundo.

-Atravesarás esa puerta y aparecerás en tu aldea, gritarás esta consigna:" El planeta agoniza y la madre Naturaleza cobrará su venganza".