sábado, 6 de agosto de 2016

El jardín de Marieta.

Es mi jardín, tierra del norte de frondosidad irrelevante, de una fastuosa belleza.


Crecen las rosas de multitud de colores, carente de pulgones, acariciando una belleza indispensable a la vista.


Ayer Marieta ha salido a pasear por sus caminos empedrados, lo ha hecho por primera vez en dos años, abrigada y pertrechada, todavía con heridas psicológicas en su bello rostro.


Han pasado ya dos años de aquella  maldita tarde invernal, un aciago resbalón en el estanque interior que la cambió su vida.



Hoy atada a su silla de ruedas, lucha con fuerza junto a Jacinto, su esposo y compañero de fatigas. Maestra de vocación, ejerce su profesión, con majestuosa profesionalidad, siendo un claro ejemplo de pundonor y sabiduría.


Sus rosas delatan luminosidad en la mirada,la inocencia de su progenitor, perpetúa todo lo demás.



El jardín de Marieta, tiene árboles frutales, visitados por medio pueblo por su elegancia y abundancia frutal.


Bajo sus ramas, ensombreciendo su belleza,ejerce sus clases interminables luchando contrarreloj, para conseguir el objetivo, volver a sonreír junto a su familia, esa que nunca la abandonó.


Los pequeños la adoran e idolatran,con una efervescencia espectacular.


Jacinto tiene unas manos portentosas, lo que tocan es convertido en una belleza inusual.



Ayer ha comenzado el estío, Marieta se siente con ganas de empezar a caminar, la queda un largo proceso de paciencia, irrelevante y carente de todo pesimismo, su optimismo es tan espectacular como la cara risueña de su pequeño Alberto.



Ayer Marieta ha dado sus primeros pasos entre los cerezos, Luna su perra,no se separa de ella ni un instante, estoy convencido que lo van a conseguir juntas.




Comienza el otoño y la caída perenne de las hojas, hoy Marieta camina sin dificultad, sus alumnos lo celebran con una redacción, de tema obligado,-optimismo-, la vida es como mi jardín, siempre intentando crecer, sin desvanecer ante la adversidad, su jardín, ese que ha visto florecer la semilla de Alberto, el mismo que ha demostrado mi amor hacia Marieta.





Su jardín, el de ésos días irrelevantes,hoy mis rosas la felicitan,por fin vuelvo a ser yo,esa chica inquieta e incansable voy a volar como los ángeles, entre las frondosidad de este inmenso jardín, mi jardín.


El jardín de Marieta.