jueves, 16 de agosto de 2018

Canela

Hola, me llamo Canela y sobrevivo a duras penas en una jaula de escasas dimensiones.

Mi vida es una monotonía y sueño con escapar de este encierro al que me han sometido los humanos.

Por cierto, todavía no os he dicho que soy un minúsculo hamster de color canela, de pelaje suave y cara peculiar y simpática.

Todas las mañanas el pequeño de la casa me da de comer pipas que son un manjar para mi - sinceramente el guaje es el único que me comprende-, también me dedica un sin fín de mimos y carantoñas varias.

Cuando estoy muy triste, dejo volar mi imaginación y pienso que estoy en una granja, gozando de mi libertad con más amigos.

Un buen día temprano, el pequeño deja la puerta de mi encierro abierta despistando a su hermano mayor, que es un demonio. Espérame afuera Canela, que ahora voy en tu busca, para que tu sueño se haga realidad.

Dicho y hecho, en un abrir y cerrar de ojos, nos montamos en la bicicleta; viajando varios kilómetros, hasta llegar a una granja a las afueras del pueblo.

No daba crédito a lo que mis ojos visionaban -cerdos, ovejas, perros, cabras, gallinas, patos, ocas y demás animales que podáis imaginar viviendo en total libertad y armonía-,era mi sueño hecho realidad.

Aquí te quedas, me susurró el pequeño David, nunca mas volverás a estar encerrado, a partir de hoy serás libre y vivirás feliz.

Los sueños, si los deseas con todas tus fuerzas, se acaban cumpliendo.

Nunca te abandonaré, diariamente vendré, te saludaré y te seguiré haciendo infinitas carantoñas.

Hoy, Canela es un roedor feliz, se ha olvidado ya de sus días de condena y juguetea con sus amigos sin cesar.

Hasta siempre... se despide vuestro pequeño roedor de piel marrón.