viernes, 10 de enero de 2020

Sentimientos encontrados

En la guerra lo perdió todo, hasta su pierna, pero su dignidad y su valía siguen intactas.

Los bombardeos de los aliados fascistas en Madrid son cada vez mas intensos y los refugios son escasos para albergar tanta demanda, varios compañeros de partido han sido fusilados al alba y tengo mis sentimientos encontrados.

Mi trabajo de periodista en el periódico de las milicias esta llegando a su fin, ya no hay nada que rascar.

En la calle Montera hoy  se han contabilizado más de quinientas victimas, la situación del ejercito republicano es insostenible, estamos perdiendo la guerra y tengo la sensación de que la parca está llamando a mi puerta.

Es el momento de escapar de esta barbarie absurda y empezar una nueva vida, no me queda familia, ni amigos a los que aferrarme, al anochecer emprendo la huida.

Suenan las sirenas, vuelven los bombardeos y no encuentro refugio donde cobijarme, la única pared que me queda en pie en la vivienda es reventada y cae sobre mi pierna, dejándola inservible.

Varios días después despierto en  una fría habitación de hospital en Valencia capital.

Mi pierna izquierda ya es historia y empieza un duro camino para recuperarme, con persistencia, esfuerzo y lagrimas derramadas salgo caminando con muletas del hospital un tiempo después.

La guerra ha terminado pero sigo siendo carne de cañón. Con la ayuda de un camarada de partido consigo embarcar de polizón en un carguero de bandera chilena y tras muchos días de navegación sin apenas comida ni agua consigo el objetivo y desembarco en Valparaiso.

Han pasado varios meses y ya tengo amistades de la profesión y largas conversaciones con literarios chilenos y algunos españoles exiliados.

Aquí esta ahora mi porqué y el amor de mi vida, atrás han quedado años de sangre y barbarie, pero mis sentimientos siguen encontrados.

Algún día volveré mi España ultrajada y resquebrajada.