lunes, 26 de diciembre de 2022

«Quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte.»

 



Eres tú quien estaba a mi lado,

aunque siga suspirando en silencio,
llego a casa, te has marchado,
atónito, no doy precio.

Quiero empezar de cero en cualquier otra parte,
nunca estar lejos de ti,
quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte,
 enamorado de ti.

Abro la ventana y veo llorar a la playa,
el mar añora tu presencia,
soy un cobarde donde los haya,
 soy incapaz de soportar tu ausencia.

Ser valiente, no  es cuestión de entenderte,
a veces no soy yo y el grito no es mi voz,
temo no volver a verte,
se apodera de mi, un miedo atroz.

Quiero vivir contigo en cualquier  otra parte,
mientras seguiré aquí sentado,
quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte,
esperando que vuelvas a mi lado.

Soñar despierto,
las horas pasar,
viendo a Sabina en concierto,
dormir hasta el día empezar.

Rayos de luz atraviesan  el cristal,
el lucero del alba brilla sin querer,
estrellas del cielo inusual,
anunciando un nuevo amanecer.

Tequilas con limón y sal,
noches durmiendo al raso,
me despierto sin querer
te canto en una canción, lo que nunca te digo,
noches en vela lejos del mal,
el sol se oculta en el ocaso,
pienso en ti, hasta estremecer,
te sueño a mi lado, mi despertar contigo.

Pasaré a la acción, aunque sea inútil,
ya no puedo más, quiéreme como tu sabes,
todo lo que sube, vuelve a bajar,
es la ley de la gravedad,
delicado, fino y sutil,
no pararé hasta que me ames,
te esperaré aquí, junto al mar,
por las venas de la noche, en la ciudad.

Quiero soñar contigo en cualquier otra parte,
prometo no estorbar,
solo dame una señal,
quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte,
seremos felices junto al mar,
tu fuego se clava como un puñal.

lunes, 19 de diciembre de 2022

«Todo será escarcha y frialdad»


 —No quiero que penséis que soy el malo de la película,  quiero que sepáis que vienen meses muy duros, no solo de frío y abundante nieve, sino de mucha incertidumbre, penurias y conflictos varios.

—Sí, lo se, quizá os estéis preguntando quien soy. 
— Soy don Invierno y en pocos días  voy a pasar a la acción; don Otoño, a usted le digo que sus días de gloria ya están tocando a su fin. Doña Filomena se va a quedar corta con la que se avecina en un futuro cercano.
—El planeta se verá sumido en un caos de tal magnitud que no habrá gobierno, ni estado que pueda asumir dicho desconcierto.
—Empiezo a creer que usted se ha vuelto loco, a que viene esta charla sin sentido, atemorizando a toda la humanidad, está creando una psicosis entre la humanidad difícil de solucionar, los psicólogos del mundo se verán desbordados.
—Siento decirle don Otoño que no está usted en lo cierto, los conflictos bélicos sumirán a toda la Tierra en un desbarajuste inaudito, nadie sabrá que está ocurriendo y desgraciadamente esto será de un día para otro, sin remisión, ni tiempo de reacción.
La nieve cubrirá tierra firme, pero también los océanos, el hielo también será el protagonista, todo será escarcha y frialdad y será complicado sobrevivir.
—No habrá ser humano que pueda sobrevivir si no ponen de su parte, arreglar todo este desastre será posible con una sola consigna: la solidaridad con la Madre Naturaleza. Solo así será posible salvar la Tierra y restablecer esta futura situación.
—El cielo se está abriendo, preparando su venganza contra el ser humano, no soporta más el ataque climático al que se ve sometido hace años.
—Herramientas hay, ahora  hay que utilizarlas, en vuestras manos está revertir este desastre natural que se avecina.

«¡Palestina existe!»


 Nunca imaginé que ocurriera, pero pasó y descubrí la capacidad del ser humano en una situación límite.

Me llamo Salma y soy una mejicana e historiadora con nacionalidad norteamericana; hoy me decido a contar mi historia.

Todo empezó en un viaje a Israel, enamorada de su capital: Jerusalén.
Debido a mi profesión, siempre estoy viajando, pero este viaje fue diferente, me enamoré de esa ciudad, de su olor, de su historia, de sus monumentos. Después de múltiples visitas, decidí viajar con mi marido y mis dos hijos para que conocieran in situ Israel y no por fotografías.

El último día en Jerusalén, esa ciudad que tanto me había dado, de repente me lo quitó todo, o mejor dicho, el ejército israelí.
Me encontraba absorta en el hotel recopilando datos para mi libro de historia que ya tocaba a su fin, cuando se oyeron detonaciones en la lejanía; el pueblo palestino estaba siendo atacado por Israel y mi familia cerca de la frontera visitando varios monumentos, hubo víctimas civiles y los informativos se hicieron eco de la noticia ipso facto.

-Buenos días, interrumpimos la emisión para comunicar que varios turistas han fallecido en un ataque israelí, entre las víctimas, tres norteamericanos y dos franceses.

Todo fue muy rápido, los fallecidos eran mi familia, una lluvia de balas sesgó sus vidas.
Hoy estoy aquí contándoles que me uní a la lucha del pueblo palestino, diez años inmersa en una guerra absurda en la que no hay ni vencedores, ni vencidos. Pensé que sería un bálsamo frente a la adversidad de perder a mi familia, pero no fue así, todo era muerte y destrucción.

Así que decidí fundar esta ONG que hoy represento y luchar de otra manera, ayudando y dando visibilidad al pueblo palestino en Occidente.
¡Palestina existe!

jueves, 8 de diciembre de 2022

«He vuelto a sonreír.»


 Marisa acaba de llegar a la convención de mujeres maltratadas que se celebra en Almería.

Mientras realiza el registro en recepción, repasa el texto que ha preparado para la charla que esta tarde da a un centenar de mujeres, que como ella, han padecido  de maltrato.

-Buenas tardes, me llamo Marisa Miralles y soy la presidenta de la asociación madrileña "Ni una más".
Se que muchas de vosotras todavía tembláis al pensar el nombre de vuestro maltratador, el miedo a que se salten su orden de alejamiento o que utilicen a vuestros hijos como venganza.
Hoy estamos aquí reunidas, para perder el miedo y volver a sonreír a la vida.

Que sepáis que yo también fui una mujer maltratada y es la primera vez que cuento mi historia en público. Solo profesionales, familiares y amigos lo sabían, pero ha llegado el momento de contarle al mundo, que se puede vencer al miedo y ser feliz.

Conocí a mi ex-marido con diecisiete años, el noviazgo duró cinco y fue maravilloso, regalos y amor a raudales; un poco agresivo, sobre todo, con una copa de más, pero nunca me puso la mano encima.

Hasta que llegó nuestra boda, que todo cambió. La noche de bodas, supuestamente maravillosa, se convirtió en mi infierno particular, que ha durado veinticinco años.
Llegamos a la habitación perjudicados por el alcohol y el comenzó con insultos y vejaciones y mientras asimilaba lo ocurrido, llegó la agresión física.

Callé durante años por mis dos hijos, y la vergüenza ajena que sentía, no hubo un solo un día que no me agrediera.

Hasta que una mañana en la cocina, me lanzó un cazo con leche hirviendo, sin pensarlo, agarré un cuchillo jamonero y le traspasé el alma, muerto el perro se acabó la rabia.
He vuelto a sonreír.