miércoles, 12 de mayo de 2021

Secuestrado.


 El ruido de un tiroteo consiguió animarles de nuevo, hace días que cesaron las hostilidades, pero los francotiradores seguían al acecho, mercenarios a sueldo pagados por la guerrilla en contra del régimen totalitario.

Voy caminando por la avenida principal y el crujir de los cristales en mis botas me recuerda que una bala perdida me puede costar la vida, vuelvo a casa, no mas fotografías, ni crónicas relevantes, la guerra ha terminado.

Cerca de la frontera soy secuestrado por soldados del régimen, un mes de calvario, reivindicaciones y negociaciones, en el que mi vida depende de un hilo. Afortunadamente la suerte me sonríe y soy rescatado por los cascos azules.

Se acabaron las guerras para mí, ahora soy cronista  deportivo en un periódico local y soy muy feliz.

Si sigues viviendo en el pasado, le robas tiempo al presente y adiós al futuro

Carpe diem.


jueves, 6 de mayo de 2021

Pipa.


 A las 22:00, se produjo la erupción.

Soy Argimiro, pastor retirado, estamos junto a la estatua de la protagonista de esta historia; Pipa, mi perra. 

Corría el año 1952, cuando el volcán despertó.

Las horas precedentes a la tragedia fueron angustiosas, algo pasaba, las ovejas estaban muy inquietas, Pipa ladraba con insistencia, algo barruntaba, la hice caso.

Corrimos a evacuar a todos al otro lado del río; los vecinos atónitos nos siguieron.

No hubo víctimas, pero todo se convirtió en cenizas, afortunadamente y con ayuda, pudimos resurgir y reconstruir nuestros hogares.

Pipa sigue entre nosotros, su valentía e intuición salvó muchas vidas, siempre serán las 22:00 horas