jueves, 21 de julio de 2022

«Quiroga y sus secuaces.»

 




-¡Vamos chicos, la sala está a rebosar! ¡Están deseosos de escuchar nuestros temas! Nuestro sueño se ha cumplido, es  momento de demostrar en el escenario nuestro trabajo. Que sepan como se las gastan "Quiroga y sus secuaces".

¿Alguien ha visto a Quiroga? Me preocupa su ausencia, hace media hora que fue al servicio, sin ella no somos nada, es nuestra voz cantante y nunca mejor dicho.

-¡Diez minutos para salir! 
Los nervios en los músicos están aflorando, sin Iris, no pueden subirse al escenario.
Marcelo, el mánager,  les dice a sus chicos que hay que suspender el concierto, alguno tenéis que salir ahí afuera y dar la cara conmigo, el público se merece una explicación.

-Lamentamos tener que comunicaros que vamos con retraso, os pido paciencia.
-¿Pero que has hecho Mario! ¡Iris no aparece, qué pretendes!
-¡Tranquilo Marcelo, que creo que se donde está!
-Tú verás!

Mario monta en su coche y sale quemando rueda al cementerio.
-¡Sabía que estabas aquí! -¡ Vete! ¡No quiero saber nada!

-Quiroga, entiéndeme, sin ti no podemos actuar, se que es duro, pero tu hermano ya no va a volver;
-¡Él, era todo para mí! -Lo se cariño, yo te ayudaré a subir al escenario, los chicos se merecen este concierto, llevamos años esperando este momento.
-¡Está bien!


La sala es un clamor, los fans están coreando el nombre de la banda y de Iris Quiroga, los ánimos están a tope.
Las primeras palabras de Iris son para pedir disculpas por el retraso y les explica porqué ha ocurrido.
-Mi hermano y miembro de la banda se fue hace un mes en ese maldito accidente de motocicleta; estaba sin fuerzas para salir a actuar, pero Mario y la memoria de Julio me han convencido.

¡Vamos allá!
Larga vida al Rock & Roll

«¡Maldita jungla de asfalto!»

 


Darío está saturado, su hartazgo es desmesurado, se siente como un león enjaulado, el asfalto, el consumismo y la envidia, le tienen descolocado. La gota que ha colmado el vaso han sido los meses de encierro debido a la maldita Covid-19 (con su novia y su perro en un apartamento de 60 metros cuadrados sin terraza), por suerte, pisaba la calle cuando sacaba a Caifás, su perro fiel.


Hoy es la vuelta al trabajo presencial en su oficina (con lo bien que se estaba teletrabajando, sin tener que aguantar a tanta garrapata inmunda); solo lleva unas horas y ya quiere salir corriendo sin mirar atrás.
-No aguanto más, ¡A tomar por saco!
Darío se encamina hacia el despacho de su jefe y llama a la puerta.
-Toc, toc, toc...
-¡Pase! ¡Dígame Darío!
-¡Ramirez quiero la cuenta, me voy!
-¡Pero que dice!
- ¡Lo que ha oído, no aguanto más esta jungla de asfalto!
-¡Usted verá! ¡Luego no me venga llorando!
-¡Hasta siempre!
¡Suena un portazo!

-Hola Sara, haz las maletas que nos vamos de Madrid.
-¡Pero que me dices! Llevaba meses queriendo escuchar esta frase, no sabía como decirte que yo también deseaba irme.
-No imaginas como me alegra escucharte decir eso cariño, llevo tiempo soñando con esto. ¡Vamos Caifás, arriba!
-¿Pero... ¿Dónde vamos?
-A Jaca, en el Pirineo Aragonés, allí mis padres conservan una casa de mis abuelos, el lugar perfecto.
He pensado montar un negocio de montaña, de venta y alquiler de todo tipo de accesorios para la escalada, el esquí o el senderismo, entre otras actividades.
-¡Me parece maravilloso, eso sí, podías haberme consultado tus ideas!
-¡Quería que fuera sorpresa y veo que lo he conseguido!
-¡Para sorpresa la mía! ¡Vamos a ser papás!
-¡Toma! ¡No puedo ser más feliz!
-¡Nuestro hijo-a será libre!

«Mañana saldrá el sol.»

 


Soy don  Fuego, mi nombre es muy conocido hace miles de años, concretamente mi primer tocayo vio la luz en la época del Paleolítico inferior, mediante técnicas utilizadas por el Homo erectus, que a posteriori, fueron mejoradas por el Homo sapiens, dando lugar a uno de los mayores descubrimientos de el ser humano. Algo inaudito, calor, combustión, supervivencia,  actualmente mis tocayos y yo seguimos siendo indispensables en el ciclo de la vida.


Ahora os voy a contar que hago yo hoy aquí dialogando con vosotros, soy el que os va acompañar durante ésta Noche de San Juan alicantina, noche de hogueras, de alegrías, de quemar malos recuerdos, de dejar atrás lo malo y quedarse con lo bueno, recibir el solsticio de verano con la mejor sonrisa, resumiendo... soy la alegría personificada.

Mi historia es compleja, difícil de entender o digerir, al contrario que los humanos, los Fuegos somos omnipresentes e inmortales.

Mi llama se ha encendido a media noche y me apagaré al alba, pero habré cumplido mi misión, la de alegrar la vida de muchos mortales por unas horas.

Mi mundo es pequeño y grande a la vez, bueno y malo, lleno de burbujas de colores, llenas de vida interior.
Me explico, si la burbuja explota como esta noche, la diversión está asegurada, pero no siempre son burbujas de alegría, también las hay de miseria y tristeza a raudales; hace dos noches sin ir más lejos, parecía en uno de los mayores incendios forestales de la Península Ibérica, arrasando con todo al pasar, es mi récord, tardaron en quitarme la vida quince días, llenos de destrucción y desolación.

Pero ya veis, hoy me toca estar aquí, dando la vuelta a la tortilla, todo son risas y alegrías, no olvidar que el Fuego es vida.

Mañana saldrá el sol.

«La realidad supera a la ficción.»

 


Sebastián ha terminado su última novela, está saturado y necesita desconectar. Carol le ha dejado y su corazón está roto (el amor de su vida), ni en sus novelas románticas hay tanto dolor como el que está padeciendo el afamado escritor.


Su plan pasa por no hacer caso a nadie, el verano va a comenzar y Sebastián decide irse a su  casa en Puerto Banús,  deseoso de navegar en su yate  y olvidarse.

Lleva días sin salir de casa y decide arreglarse un poco para salir a tomar unas copas, su Ferrari le espera en el garaje, es hora de pasar a la acción.

-Buenas noches caballero ¿Qué desea beber? (nuestro escritor se ha quedado prendado, tartamudea y no le salen las palabras) -Que sea un gin-tonic bien cargado, por favor.
-Aquí tiene, disfrute de la noche, soy Eva, encantado de atenderle.
-Muchas gracias, yo me llamo... -Ya se quien es usted, me he leído todos sus libros.
-Sebastián está obnubilado, la belleza de la camarera le ha cautivado.

Nuestro escritor está perjudicado y Eva decide no servirle más, a lo que él accede, pero se tambalea y no encuentra las llaves de su deportivo.

-¡No pensará usted conducir así! - ¡Claro que no! Cogeré un taxi.
-Si espera usted dos minutos, acabo mi turno y le acerco a casa.

Ambos se montan en su viejo utilitario y sin mediar palabra se dan un tórrido beso, desatados, paran en el paseo marítimo y en la arena dan rienda suelta a su pasión, al escritor le ha desaparecido la borrachera de un plumazo.

La realidad supera a la ficción de sus novelas y esto solo acaba de comenzar, abandona su mundo de lujo y se sumerge en la realidad de Eva, era lo que necesitaba para su desconexión.

miércoles, 6 de julio de 2022

«París, color esperanza.»

 París bien vale un color, el de la esperanza, con calles llenas de alegría y bullicio, el colorido de sus jardines y su Tour Eiffel y edificios que prevalecen en todo su esplendor.


Ruido entre la gente, ardor de madrugada, cierra bien los ojos que esto no se acaba, kilómetros de asfalto albergando ese color, el de las hojas en la primavera parisina, con sus árboles en flor.

Vamos nena, nos espera el Sena, magnético e hipnótico, colorido característico, separando en dos la ciudad de la luz, amor a raudales, color esperanza, abramos el champagne para celebrarlo.

Pintor que pintas con pasión, tu paleta de colores fija su mirada en la copa de los árboles de Montmartre, en sus hojas, en la mirada ardiente y esperanzadora de su gente, esperanza de lo que está por venir, nuevas aventuras, perdidos por los jardines de la plaza del Trocadero.

Creo que le he perdido miedo a bailar, al recordar que el instinto es la mejor versión de nosotros dos, por nuestras venas corre sangre del color de la clorofila, entiéndeme compañera, ven a mi vera, habrá que hacer el amor en la ribera bajo el puente de Alejandro III, exprimiendo nuestra pasión, encajados a la perfección, llamando a la esperanza.

¡Ayúdame!, detengamos las manecillas del reloj, Paris bien vale parar el tiempo y disfrutar de todo su esplendor.

Recorramos de la mano todos sus monumentos de un solo color, el de la esperanza, la Ópera, Arco del Triunfo, Notre Dame, Louvre... y sus infinitos Campos Elíseos.

Eres un caramelo dulce y amargo a la vez, con su sabor a menta versátil que involucra esperanza y amargo como la hiel llamando a la desesperanza, nunca me voy a arrepentir de estar junto a ti.

Siempre nos quedará París y su color esperanza.

«Soy el juez del amor.»



 Llego con la siega en Castilla,

el trigo has de trillar,
mucho que trabajar,
la cosecha a la canastilla.

Vaya, si no me he presentado,
soy don Verano,
no quiero ser maleducado,
y quiero estrechar mi mano.

Soy muy amigo del astro Rey,
con él, tengo un pacto,
no necesitas jersey,
te abraso ipso facto.

Doy sed a los manantiales,
los pantanos languidecen,
no quiero causarles males,
las flores palidecen.

Me siento mal,
se que provoco calor,
siento por don Sol una atracción fatal,
mi apellido es Abrasador.

Conmigo las noches son tórridas,
se que impido el buen descanso,
yo nunca me canso,
no encuentro otra salida.

En el interior soy desagradable,
causo un calor insoportable,
en la costa soy más amable,
con temperatura más agradable.

Soy un juez del amor,
el causante de relaciones esporádicas,
le juzgo finalizando el calor,
cada mochuelo a su olivo, miradas cómicas.

Provocador, hago a la gente beber,
para no desvanecer,
los ríos languidecen,
los árboles no florecen.

Doy vida a las terrazas,
lleno playas y piscinas,
provoco en la gente alegría,
siempre estoy en sintonía.

Lleno calles y plazas,
escenarios y verbenas,
músicos con sus orquestas,
bailando en las horas nocturnas.

Subo de temperatura,
provoco sudor sin mesura,
por el día te pego con un mazo,
por la noche descanso.

Provoco mucha calentura,
amor sin censura,
me duermo al lado de la luna en su regazo,
igual que un toro manso.

Caliento los mares y océanos,
derrito la Antártida a lametazos,
sube el nivel hidráulico,
maldito cambio climático.

La capa de ozono destruyo,
no me siento orgulloso,
del mal huyo,
me siento poderoso.

Bueno pues ya me despido,
se acaba mi reinado,
don Otoño ha venido,
ya soy el pasado.