Le dice que yo no existo… ¡Greta, qué estás haciendo! ¿Por qué engañas a mi hijo?
— Es desagradable escuchar esas palabras de tu boca, que nuestra relación se acabara, no es excusa, el niño se merece una madre mejor, una de carne y hueso y no tú.
— ¡Ahora te arrepientes, es tarde! Yo, soy quien manda, soy Inteligencia Artificial y dominamos el mundo.
Tu hijo hace lo que yo diga, porque a todos los efectos soy su madre, pese a quien le pese.
— Ahora entiendo a los expertos que hace años decían que el ser humano estaba perdiendo el norte.
— ¡Vivimos al filo de la irrealidad!
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