—No son tan amables como yo, todas las hermanas, con la madre superiora al frente, son tan estrictas que rozan el mal.
—No aguanto más sor Aurora, llevo aquí tres meses y parecen años.
—¡Antoñito, debes aguantar! Solo tienes doce años y sin familia.
El muchacho es humillado por toda la congregación, ser zurdo, tampoco ayuda, los ochenta son así.
—¡Me vengaré!
Antonio ha escapado de ese infierno, estudia, trabaja y vive con su novia.
—Cariño, ¿Dónde estuviste anoche?
—En el turno de noche.
—Anoche ardió el orfanato de Santa Engracia, curiosamente solo murieron las hermanas, menos Aurora.
—Cada uno tiene lo que se merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario