miércoles, 27 de marzo de 2024

«DEJARSE LLEVAR»

 

«DEJARSE LLEVAR»

Dejarse llevar, sin más, sin rumbo fijo, que nadie me diga lo que tengo que hacer,  si el frío llama a la noche y la llena de escarcha, ahí estaré yo para dar ese paso al frente, sin quedar atrapada en la sombra, para atrás, solo para coger impulso.


He hallado el camino que me permite ser yo, se acabó la opresión, se acabaron las horas perdidas, con el miedo helando mi sangre por el que dirán.

Quiero ser esa mujer de bandera orgullosa de mis curvas, mis cicatrices, mis defectos y mis virtudes; esa mujer que sale a la calle por la mañana y grita a los cuatro vientos que es feliz con lo que hace.

Si me gusta escribir, escribo, si me gusta leer, leo, si me gusta reír, rio, esa pequeña gran revolución que marcan mis pasos a nuevas montañas que son menos altas, sin influencias, sin nadie que ejerza poder sobre mis metas, volando lejos, tan alto como las estrellas y siempre habrá un techo donde crear esa pequeña gran hazaña.

El pasado quedó en el olvido y el presente es el futuro inmediato, lo que ocurrirá el próximo minuto, el próximo segundo.
Nos siguen tratando mal, de norte a sur, de este a oeste, siempre buscando la opresión de la mujer indefensa, el viejo mundo salta confuso, sin ritmo, con indiferencia, pero el nuevo es el que creamos nosotras, sin tener que rezar pidiendo lo que es justo.

Si me gusta pensar, pienso, si me gusta salir de fiesta, salgo; de Málaga a Santander, de Burgos a Madrid, o de Salamanca a Badajoz... siempre seré esa Lady Emperatriz.

Ropa ajustada, falda corta y a lo loco, hoy me como el mundo y salgo a triunfar, porque yo tengo la llave de mi vida, que se enteren todos que nadie manda en mi.

Perdóname si voy muy deprisa, pero no hay tiempo que perder, desde mi habitación mando un mensaje a la humanidad, diamantes ensangrentados que duelen en el alma, gestos que son más que palabras, quiero sentarme en ese dique a tu lado, en esa esquina exquisita que me deja conectar con el exterior intentando entender lo absurdo que es este mundo.

Se acabó, ya no soy esa marioneta que puedes manejar a tu antojo, te escribo desde mi rincón favorito, ni me escondo, ni me escapo, ni me atrevo, solo siento que me muero cuando veo la opresión de una mujer indefensa.

Mi corazón se derrite en mi colchón, viendo como todo lo vivido no ha servido de nada, todo con mucho ruido, pero con un corazón de hielo derretido.

Aquí sigo en mi habitación, intentando ser mujer, inventando la manera de conseguir esa igualdad tan necesaria, es tan fácil como suprimir todo lo que es perjudicial, pensando que siempre brilla el sol y da calor.

Es tan difícil como saber elegir ese destino, sabiendo que aunque cambie el ciclo todo sigue igual, pero seguiré luchando, desde mi habitación.

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