Lucía llega a Madrid de su Cantabria natal, allí impartía geografía e historia en un instituto de secundaria; joven, soltera y con ganas de comerse el mundo, no dudó en aceptar el reto y vivir nuevas experiencias, a sabiendas que sus alumnos eran conflictivos. Alegre y risueña, está deseosa de presentarse a su nuevo alumnado. Nada hace presagiar el calvario que se avecina.
-Buenos días, mi nombre es Lucía Cosío y soy vuestra nueva docente de geografía e historia, que sepáis que vengo a formar un gran equipo y viajar a través de los continentes y las revoluciones.
Ahora os toca a vosotros.
-Yo soy Laura, ¡Bienvenida profesora! Mi nombre es Julián y repito curso, un placer.
¡Mariela!, y yo Manolín... - solo quedas tú, ¿Tu nombre?-¿Es obligatorio?-Por supuesto que no, se llama educación. -Usted lo ha querido, ¡Soy Javier Montoya y me come la polla!
-Joder, ya apareció el espabilado de turno, calma, se decía así misma Lucía.
Ha pasado un mes y nuestra cántabra está integrada, sus alumnos, a pesar de ser conflictivos y no tenerlo fácil en la vida, son geniales y tienen ganas de aprender, todos menos... Javier.
- ¡Que buena está! -¿Quedamos en los billares? - No puedo más con este chaval...
Lucía lleva días sin aparecer y sus alumnos temen lo peor, Montoya tampoco aparece, blanco y en botella.
Javier se presenta con Lucía mal herida en urgencias... salvada por el alumno engreído y mal educado, es interrogado por varios agentes y su testimonio es crucial; él, es inocente, solo se ha enamorado.
Las pesquisas policiales llevan a la detención de Julián, acusado de secuestro y agresión hacia la profesora, era tal su obsesión hacia ella, que decidió tomar esa drástica decisión.
Queda claro, las apariencias engañan.
Huy, de aquí podría salir un novelón
ResponderEliminarYa lo creo, solo es atreverse, ya tengo en proyecto esa novela!
ResponderEliminarOooh yeaaah!💪🔝
Muchas gracias Geno!