No pudo seguir adelante sin ella, muy a su pesar, aún sabiendo que la muerte les acechaba.
El frío polar de esta altitud acabaría con ellos sin remisión, con la emoción contenida en el descenso de la cima del mundo, no puedo más, tengo que pararme.
Las falanges de sus manos son cuchillos helados y sus pies son témpanos de hielo, el reloj corre en nuestra contra y la noche acecha.
Un helicóptero no puede volar a tanta altitud entre montañas y los rescatadores no pueden subir desde el campo base debido a la borrasca.
Es el final...te querré siempre,exclamé abrazado a ella.
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