Corren años de posguerra, en la España de los cuarenta.
La Castilla del trigo y las llanuras languidece, el hambre, la represión y la miseria cultural se apoderan de sus gentes. Muchos emigran a la gran ciudad, pero son más, los que sobreviven acostándose con una sopa de ajo.
Jonás, con diez años ya trabaja en una tejera de sol a sol hasta que se le saltan los ojos del esfuerzo.
Cuarenta años después, es un reputado empresario del Madrid de los noventa.
Pero... ¿Qué será lo que le ponía su madre en aquellas sopas de ajo?
Amor.
Qué gran verdad, con ese ingrediente no sé necesitaba más....y parecía un todo. Ahora teniéndolos todos.....no notamos la esencia del "ajo", el amor.
ResponderEliminarEfectivamente amiga, veo que has captado a la perfección el significado de este microrrelato.
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