Recientemente un año más(y ya son muchos)he tenido la oportunidad de visitar mi ciudad,mi Valencia del alma,si esa ciudad en la que no he nacido físicamente,pero que llevo grabada en mi corazón y en la que reside mi alma.
Ciudad cosmopolita y agradable con un don de gentes espectacular,donde el sol brilla sin cesar.
Como no podía ser de otra manera,otro año mas la he visitado en plena ebullición fallera,época en la que Valencia se transforma,sus calles desaparecen,solo se ven inmensas marabuntas de gentío deseoso de fiesta y veneración.Cada barrio tiene su peña y su casal donde se reúnen todos a planificar su temario diario y como no,donde diariamente reponen fuerzas con gran variedad de viandas donde el protagonista numero uno es el arroz.
Sus fallas son espectaculares y la luminosidad de sus calles fascinante,pero si hay algo que a los valencianos y forasteros encoge el corazón,es la ofrenda a la Mare de Deu,una gran peregrinación de fieles ataviad@s con el traje típico de la tierra,que se desarrolla durante tres días,dando gran colorido y animación a las calles de toda la ciudad hasta finalizar en la iglesia de los Desamparados en pleno barrio del Carmen,el corazón y núcleo central de la ciudad,que destaca por su esplendor,sus calles serpenteantes y sus espectaculares monumentos como la famosa Torre de Miguelete entre otros.
Unas fallas que durante veinte días y a diario,no cesan con su ruido ensordecedor y sus famosas mascletás que te mantienen en vilo incesantemente,los maestros falleros se afanan trabajando duro todo el año para que este todo listo en esas fechas y poder llegar a tiempo a la plantá,día clave fallero,en el que todos los monumentos tienen que estar finalizados para lucir su esplendor y majestuosidad,hasta llegar al día señalado por excelencia en el calendario fallero,diecinueve de Marzo,que pone fin a las fallas con su famosa cremá, donde todos los monumentos se convierten en enormes bolas de fuego,donde solo se salva uno que es indultado y trasladado al museo fallero para su exhibición.
Pero esta ciudad como podréis imaginar no solo se caracteriza por esta fiesta,ni mucho menos,es una ciudad abierta al futuro con grandes infraestructuras modernas y que ha sabido adaptarse al siglo veintiuno con una naturalidad grandilocuente abriéndose al mar con grandes obras de ingeniería.Su famosa ciudad de las ciencias y su puerto,que es uno de los mas grandes y espectaculares de Europa donde se desarrollan grandes maniobras y transportes de todo tipo de mercancías,miles y miles de contenedores embarcan a diario, dando paso a un inmenso flujo de enormes barcos,parte de el esta diseñado también para uso y disfrute del ciudadano,hasta llegar a su famosa playa de la Malvarrosa y justo enfrente su fascinante barrio de Cabanyal.
Valencia ademas tiene otro encanto muy arraigado que es su famoso Turia, que muchos años atrás serpenteó todo el casco urbano pero que debido a unas enormes inundaciones,su cauce fue desviado fuera de la ciudad dando paso a lo que en la actualidad es un mega-parque inmenso lleno de luz y color.
Además de todo esto su trasporte urbano es un ejemplo de buen hacer y profesionalidad,con grandes combinaciones de lineas de autobús y metro que hacen que la ciudad a pesar se su gran tamaño sea recorrida con gran facilidad,ciudad de ruido,ciudad de fuego,ciudad con grandes lugareños,en la que yo tengo grandes amigos a los que venero todo mi afecto y que quiero con todo mi corazón,se os quiere familia,mi familia.
El sol brilla con gran pasión muchas horas al año,y su indice de humedad a veces cala tus huesos,pero es fascinante poder recorrer sus calles disfrutando de las terrazas,sus monumentos y la naturalidad y amabilidad de sus gentes.Valencia mon amour....Visca Valenciá!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Amunt Valenciá!!!!!!!!!!
Viajero insurgente Calleja.
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