Todo era estupendo y se respiraba un gran ambiente familiar y en total sintonía en ambos parámetros de la familia Van Der Sar,tanto en lo profesional como en el ámbito personal.
Un día del caluroso verano todo da un giro radical y la familia recibe un duro varapalo,como cada tarde al caer la noche, los tres volvíamos al pueblo en nuestras respectivas bicicletas,aproximadamente serian las ocho de la tarde,cuando de repente nos vimos envueltos en el epicentro de una gran tormenta,jamás en mi vida había visto semejantes truenos y relámpagos,con gran cantidad de agua,a duras penas conseguíamos avanzar,por lo que decidimos buscar una casa o algún refugio para guarecernos hasta que escampara,pero el destino y la mala suerte quiso que uno de los miles de rayos alcanzara al señor Van Der Sar,cayendo fulminado como si de una alimaña se tratase;nada se pudo hacer por el,la autopsia dictamino que su muerte fue en el acto,debido a innumerables quemaduras en el ochenta por ciento de su cuerpo.
Acto seguido a su muerte,en un ambiente hostil y rigurosamente enrarecido,con un cielo plomizo...pude observar como Elkia se tiraba en marcha de su bicicleta y corría a socorrer a su malogrado padre,pero ya nada se podía hacer,y agarrándole fuerte de la mano y entre sollozos,gritaba a los cuatro vientos,pidiéndole explicaciones al altísimo.
Yo también reaccioné rápido e inmediatamente corrí hacia ellos dos,pero aun con el ruido ensordecedor de la tormenta,se podían oír los llantos de Elkia,del inmenso dolor que aquel desgraciado percance la estaba produciendo.
Y sin mas tiempo a pararse,por el peligro de la tormenta,conseguí convencer a Elkia de que había que marcharse,así que cogí el cuerpo de mi padrastro y lo traslade hasta un sitio un poco guarecido,y emprendimos raudos y veloces el camino a casa.
Ella entró a casa despavorida a darle la fatídica noticia a su madre y yo corrí velozmente a dar aviso a la funeraria,antes que las alimañas devoraran el cuerpo,y pudieran recoger el maltrecho cadáver,así fue,y después de largas horas de espera,y mientras le hacían la autopsia y amortajaban,el cadáver apareció en el carro fúnebre,y cuando comenzó a enfilar por el jardín el camino hacia casa las dos se desvanecieron.
Yo me hice cargo de la situación,y preparé todo para el velatorio del cuerpo,fue una noche interminable,un ir y venir de todas las gentes del pueblo,de todos los ámbitos y clases sociales,no en vano el señor Van Der Sar era un querido y reputado hombre,muy querido por sus vecinos,a las treinta y seis horas y después de un multitudinario funeral, el cadáver recibió sepultura en el pequeño cementerio del pueblo.
La verdad es que a Ripi todo esto le entristeció en demasía y no quería separarse de la tumba,lloraba intensamente y daba aullidos de dolor,pero llego la hora de la despedida,Ripi!!!!!!vayámonos a casa que aquí ya no podemos hacer nada.
Pasados unos días y después del desgraciado accidente,alguien se tenia que hacer con las riendas del negocio,y así fue como Elkia con dieciséis años y yo con dieciocho nos hicimos cargo del kiosko.
Con el paso de los meses, la relación de los dos dejó de ser profesional y dejando a un lado que eramos hermanastros,comenzamos a sentir una irremediable atracción que desencadenó en tórrida relación amorosa, cierto es que los dos sabíamos que iba a ser una relación difícil en unos años en los cuales este tipo de relaciones estaban muy mal vistas,pero todo nos dio igual e hicimos caso omiso al pensar de la gente.
Asi que comenzamos nuestro noviazgo y en menos de un año contrajimos matrimonio.
A pesar de que la guerra ya había finalizado hacia ya tres años,la hambruna era patente en la gran mayoría de los vecinos,intentamos permanecer al frente del negocio,pero ya no era rentable,así que decidimos cerrarlo y permanecer al lado de mi suegra que estaba muy enferma,permanecimos junto a ella en sus cuidados y la acompañamos en sus últimos días de aliento;hasta la llegada de su muerte.
Afortunadamente no tardó en llegar y su agonía solo duró unos días..... y después de darla tierra junto a su marido..no lo pensamos y decidimos que lo mejor era vender,y así lo hicimos,el terrateniente del pueblo pagó un buen dinero por las tierras y la casa,y con el dinero que conseguimos decidimos trasladarnos a la ciudad de París, ya que Francia y en especial su capital,era un lugar que atraía mucho a Elkia y lo quería conocer.
Y así lo hicimos..nos instalamos en una pequeña y coqueta casita a las afueras.
A los veintidós años Elkia cayo en estado de buena esperanza y yo con mis veinticuatro estaba loco de contento,por fin la vida nos sonrreía.Elkia se dedicó a su gran pasión que era la pintura,llegando a pintar unos cuadros preciosos y de gran valor artístico y yo trabajaba en una papelera a escasos kilómetros de nuestro domicilio.
Llegó el día del alumbramiento y Ripi y yo desbordábamos una inmensa alegría por recibir a un nuevo miembro en la familia,pero la suerte me volvió a ser esquiva y Elkia y mi hijo fallecieron en el parto,mi vida era una mierda y antes de que la tristeza me provocara a mi la muerte también,decidí abandonar París y me traslade a Brujas,alli me enrolé con Ripi en un carguero,asi las cosas la vida se me fue apagando entre puerto y puerto,Ripi ya habia fallecido años atras y yo a mis sesenta y siete años ya estaba muy viejo física y psicologicamente... así que desembarque y viví los últimos años de mi vida en un pequeño pueblo de Francia,con la única compañía de mis recuerdos.....hasta los últimos años de mi vida.
Quiero pensar que Ripi continuará en los confines de la tierra jugando y correteando por las inmensas y verdes praderas que le vieron nacer,hasta siempre Ripi.
FIN.
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