— Buenos días,
Soy Carmen Conde Abellán y soy vuestra nueva profesora de literatura.
— ¡No puede ser, exclamó un alumno! — Soy un enamorado y estudioso de la Generación del 27 y usted falleció en 1996, casi al final del siglo XX, algo no me cuadra en todo esto.
—Buena apreciación, señor... — soy Alonso.
— Pues eso, intuyo en usted a un estudiante de matrícula, le honra que se haya percatado de quién soy.
De repente, comenzó a hablar María Fernández, una estudiante muy aplicada y enamorada de la poesía.
—Hola soy María y si usted me lo permite, quiero hablar un poco sobre su vida, si es que es usted quién dice, aunque es cierto que se parece, se podría decir que son dos gotas de agua.
En 1907 vio la luz en Cartagena María del Carmen Conde y Abellán, poeta, prosista, dramaturga, ensayista y maestra española; considerada una de las voces más destacadas de la Generación del 27, una de las mejores generaciones de toda la historia literaria, sin menospreciar al resto, por supuesto.
Fue la primera mujer en ingresar en la Real Academia Española, pronunciando su discurso de entrada en 1979.
Alonso también quiso ser partícipe y continuó contando la biografía de Conde Abellán.
— De la etapa que vivió en Melilla, son reconocidos sus comienzos en "Empezando la vida", era usted muy joven y ahí empezó su fulgurante carrera, a los 19 años comenzó Magisterio y en 1924 publicó su primer trabajo en un diario cartaginés.
Su amor incondicional fue el poeta Antonio Oliver y en 1927 formalizó su relación, su carrera no paraba de crecer, además de publicar infinidad de obras, acabó su carrera de magisterio y en 1931 se casó.
Usted tuvo mucha influencia de Juan Ramón Jiménez y fundó con su marido la revista "Presencia", siendo uno de los poetas invitados el gran Miguel Hernández, amigo intimo suyo y de su marido.
— En 1933 se trasladó a Madrid y nació su primera y única hija muerta, tema que llenará de manera intermitente en su poesía. —Algo no me cuadra, no puede ser usted.
—Bueno, ahora me toca hablar a mí y explicar toda esta confusión que tienen en su cabeza.
Les aseguro que soy quien digo ser, acaban ustedes de llegar al punto de inflexión de mi vida.
Cuando mi hija vio la luz muerta, mi vida cambió completamente, de alguna manera, el alma de mi hija siempre estuvo muy cerca. Me juré a mi misma que siempre estaría presente en mis pensamientos y en mi obra; de alguna manera, ella siempre fue esa ayuda para seguir adelante, presintiendo que siempre estaba presente.
Al fallecer en 1996, yo descansé, pero el alma de mi hija se instaló para siempre en mi cuerpo.
—Prometo seguir dando guerra, en el siglo XXI y en siglos venideros, luchando por los derechos de la mujer, y creando poesía como si no hubiera mañana.
¡Larga vida a la Generación del 27
— ¡No puede ser, exclamó un alumno! — Soy un enamorado y estudioso de la Generación del 27 y usted falleció en 1996, casi al final del siglo XX, algo no me cuadra en todo esto.
—Buena apreciación, señor... — soy Alonso.
— Pues eso, intuyo en usted a un estudiante de matrícula, le honra que se haya percatado de quién soy.
De repente, comenzó a hablar María Fernández, una estudiante muy aplicada y enamorada de la poesía.
—Hola soy María y si usted me lo permite, quiero hablar un poco sobre su vida, si es que es usted quién dice, aunque es cierto que se parece, se podría decir que son dos gotas de agua.
En 1907 vio la luz en Cartagena María del Carmen Conde y Abellán, poeta, prosista, dramaturga, ensayista y maestra española; considerada una de las voces más destacadas de la Generación del 27, una de las mejores generaciones de toda la historia literaria, sin menospreciar al resto, por supuesto.
Fue la primera mujer en ingresar en la Real Academia Española, pronunciando su discurso de entrada en 1979.
Alonso también quiso ser partícipe y continuó contando la biografía de Conde Abellán.
— De la etapa que vivió en Melilla, son reconocidos sus comienzos en "Empezando la vida", era usted muy joven y ahí empezó su fulgurante carrera, a los 19 años comenzó Magisterio y en 1924 publicó su primer trabajo en un diario cartaginés.
Su amor incondicional fue el poeta Antonio Oliver y en 1927 formalizó su relación, su carrera no paraba de crecer, además de publicar infinidad de obras, acabó su carrera de magisterio y en 1931 se casó.
Usted tuvo mucha influencia de Juan Ramón Jiménez y fundó con su marido la revista "Presencia", siendo uno de los poetas invitados el gran Miguel Hernández, amigo intimo suyo y de su marido.
— En 1933 se trasladó a Madrid y nació su primera y única hija muerta, tema que llenará de manera intermitente en su poesía. —Algo no me cuadra, no puede ser usted.
—Bueno, ahora me toca hablar a mí y explicar toda esta confusión que tienen en su cabeza.
Les aseguro que soy quien digo ser, acaban ustedes de llegar al punto de inflexión de mi vida.
Cuando mi hija vio la luz muerta, mi vida cambió completamente, de alguna manera, el alma de mi hija siempre estuvo muy cerca. Me juré a mi misma que siempre estaría presente en mis pensamientos y en mi obra; de alguna manera, ella siempre fue esa ayuda para seguir adelante, presintiendo que siempre estaba presente.
Al fallecer en 1996, yo descansé, pero el alma de mi hija se instaló para siempre en mi cuerpo.
—Prometo seguir dando guerra, en el siglo XXI y en siglos venideros, luchando por los derechos de la mujer, y creando poesía como si no hubiera mañana.
¡Larga vida a la Generación del 27
No hay comentarios:
Publicar un comentario