miércoles, 13 de diciembre de 2017

El pastor.

Su padre también le dejaba conducir la furgoneta, -aun sabiendo que su hijo era un desastre sin destreza alguna al volante-ya que había que repartir el pan a tiempo.

Varios han sido los accidentes acontecidos en sus cinco años de permiso de circulación.

Otra vez ha vuelto a ocurrir,de madrugada por la carretera que lleva a un pueblo perdido en las montañas, todavía con el pan caliente.

Una silueta en la calzada es atropellada por Aurelio, ni rastro humano se ve...el pastor atropellado de muerte hace quince años ha vuelto a salir de su cabaña.

Padre, no me vuelvas a dejar la furgoneta, me quedo con el pastor que me ha robado el alma y la vida.

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