jueves, 25 de diciembre de 2014

El Puerto

Jonás es un adolescente de doce años, huérfano de padre, con un optimismo en su mirada que irradia una felicidad inaudita con su edad.

Muy aplicado en sus tareas diarias estudiantiles y con una proyección de futuro impresionante para su corta edad,muy cariñoso con los suyos,especialmente con su madre,la señora Gabriela..a la cual profesa un cariño inmenso.

Todos los días cuando sale del colegio coge su vieja bicicleta y aunque la climatología sea adversa no perdona ni un día,su rumbo es el mismo desde hace  dos años..el muelle de San Cristóbal.


Un triste día del mes de febrero Gervasio-que así se llamaba su malogrado padre- salió a faenar como todos los días en el Tilín tres,un barco pesquero de tamaño medio de su propiedad y patrón del mismo.

Jonás siempre que podía iba al puerto a despedir a su padre porque para él a parte de su padre era su ídolo,pero ese maldito día el casco del Tilín tuvo una vía de agua y a la altura del cabo Chirimoya se hundió.En dos horas ya no había barco,la desgracia en el pueblo fue devastadora,los 20 tripulantes y Gervasio perecieron ahogados.....sin que sus cuerpos jamás apareciesen,al menos eso es lo que reza en los partes portuarios de ese día.

Pero todo esto en el pueblo nunca llegó a creerse,unos dicen que si el barco fue secuestrado,otros que si tomo rumbo desconocido a un viaje sin retorno,y los mas incrédulos lo achacan a las fuerzas sobrenaturales de la tierra.Fuera como fuese el Tilín y su tripulación nunca volvieron a dar señales de vida y Jonás como muchos otros habitantes de Comodoiro piensa lo mismo y desde entonces como bien he citado antes no hay un solo día que no vaya al puerto con la esperanza de visionar desde el espigón al Tilín tercero con su padre al timón y haciendo sonar su sirena,sonido que tanto entusiasmaba a Jonás.

Su madre ya no sabe como actuar con esta situación,ella es bastante incrédula con todas estas historias y piensa como una pequeña minoría en el pueblo y como la versión oficial de aquel 13 de Febrero de 1999,
por lo tanto lo único que venera es que su hijo se mentalice y deje de soñar cosas imposibles a lo que el adolescente la responde a diario con la misma frase,mamá no volveré hasta la cena,cuando salga del instituto me voy al muelle de San Cristóbal.

Con el paso del tiempo Jonás fue perdiendo su esperanza y dejó de ir diariamente al espigón,de lo cual Gabriela se alegró,pensando que su hijo ya se había auto convencido de la situación.

Han pasado dieciséis años de aquella tragedia y hoy el pequeño Jonás es un jovencísimo y reputado armador con varios barcos de pesca en su haber, muy querido por sus empleados,pero....¿ a que no sabéis que sigue haciendo cuando su apretada agenda se lo permite?.

Visita el muelle de San Cristóbal y mientras espera ver aparecer en el horizonte al Tilín,se come su bocadillo de calamares del bar de Emilio amigo de la infancia de Jonás,y cuando llega a casa y su esposa le pregunta que que tal la jornada,siempre contesta...........bien...pero el Tilín sigue sin aparecer.
Insurgentemente solidario.

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