Marisa acaba de llegar a la convención de mujeres maltratadas que se celebra en Almería.
Mientras realiza el registro en recepción, repasa el texto que ha preparado para la charla que esta tarde da a un centenar de mujeres, que como ella, han padecido de maltrato.
-Buenas tardes, me llamo Marisa Miralles y soy la presidenta de la asociación madrileña "Ni una más".
Se que muchas de vosotras todavía tembláis al pensar el nombre de vuestro maltratador, el miedo a que se salten su orden de alejamiento o que utilicen a vuestros hijos como venganza.
Hoy estamos aquí reunidas, para perder el miedo y volver a sonreír a la vida.
Que sepáis que yo también fui una mujer maltratada y es la primera vez que cuento mi historia en público. Solo profesionales, familiares y amigos lo sabían, pero ha llegado el momento de contarle al mundo, que se puede vencer al miedo y ser feliz.
Conocí a mi ex-marido con diecisiete años, el noviazgo duró cinco y fue maravilloso, regalos y amor a raudales; un poco agresivo, sobre todo, con una copa de más, pero nunca me puso la mano encima.
Hasta que llegó nuestra boda, que todo cambió. La noche de bodas, supuestamente maravillosa, se convirtió en mi infierno particular, que ha durado veinticinco años.
Llegamos a la habitación perjudicados por el alcohol y el comenzó con insultos y vejaciones y mientras asimilaba lo ocurrido, llegó la agresión física.
Callé durante años por mis dos hijos, y la vergüenza ajena que sentía, no hubo un solo un día que no me agrediera.
Hasta que una mañana en la cocina, me lanzó un cazo con leche hirviendo, sin pensarlo, agarré un cuchillo jamonero y le traspasé el alma, muerto el perro se acabó la rabia.
He vuelto a sonreír.
-Buenas tardes, me llamo Marisa Miralles y soy la presidenta de la asociación madrileña "Ni una más".
Se que muchas de vosotras todavía tembláis al pensar el nombre de vuestro maltratador, el miedo a que se salten su orden de alejamiento o que utilicen a vuestros hijos como venganza.
Hoy estamos aquí reunidas, para perder el miedo y volver a sonreír a la vida.
Que sepáis que yo también fui una mujer maltratada y es la primera vez que cuento mi historia en público. Solo profesionales, familiares y amigos lo sabían, pero ha llegado el momento de contarle al mundo, que se puede vencer al miedo y ser feliz.
Conocí a mi ex-marido con diecisiete años, el noviazgo duró cinco y fue maravilloso, regalos y amor a raudales; un poco agresivo, sobre todo, con una copa de más, pero nunca me puso la mano encima.
Hasta que llegó nuestra boda, que todo cambió. La noche de bodas, supuestamente maravillosa, se convirtió en mi infierno particular, que ha durado veinticinco años.
Llegamos a la habitación perjudicados por el alcohol y el comenzó con insultos y vejaciones y mientras asimilaba lo ocurrido, llegó la agresión física.
Callé durante años por mis dos hijos, y la vergüenza ajena que sentía, no hubo un solo un día que no me agrediera.
Hasta que una mañana en la cocina, me lanzó un cazo con leche hirviendo, sin pensarlo, agarré un cuchillo jamonero y le traspasé el alma, muerto el perro se acabó la rabia.
He vuelto a sonreír.
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