viernes, 17 de septiembre de 2021

Priscila y su libertad


 Priscila es la mascota de sexto de primaria, una iguana larguirucha y bonachona que lleva con los chavales desde primero.


-Hola me llamo Priscila y he decidido huir por amor, he conocido a mi "garrobo", (iguana macho), y quiero emprender nuevas aventuras; adiós chiquitines.

Para despistar a los guajes, Priscila traza un plan, desapareciendo de su acuario fingiendo un rapto.

Cristales rotos, arena esparcida, incluso trozos de sus uñas.

Los pequeños están desolados, su mascota ha desaparecido y empiezan su investigación.

Siguen el rastro de unas heces y descubren que alguien se la llevó por la ventana y reptando por la fachada han llegado a la calle.

Pepín descubre siguiendo el rastro de las deposiciones, que en el jardín del colegio hay un nido. ¡Sorpresa!, hay cuatro crías pidiendo comida.

Hay un adulto cuidando de ellas que es su papá y a lo lejos se divisa a Priscila que viene con varios trozos de fruta para el sustento de sus crías.

¡Priscila no ha sido raptada!, ¡gritó Pepín!.

La clase asombrada preguntaba sin cesar a su mascota. Me he ido por amor, siento que os haya entristecido tanto, pero no aguantaba más encerrada.

Los guajes llegan a un acuerdo con ella; a cambio de no irse, ella volverá con toda su familia al acuario, a condición de poder salir y entrar a su antojo y con total libertad.

Por supuesto tod@s en clase accedieron.

Ahora Priscila es feliz viviendo en independencia y lo mejor de todo es que los guajes han entendido que a nadie se le puede privar de su libertad.

Ahora no tienen una mascota, la familia ha aumentado a seis.


-¡Gracias niños !, ¡gritó Priscila!
Sois mi segunda familia, os quiero. 




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