miércoles, 2 de junio de 2021

La cueva maldita.

 

Si no, me habría vuelto loco, insistió tanto que hoy podemos contarlo.

Entrábamos cinco espeleólogos a la cueva, pero solo tres finalizaron su recorrido, por suerte otro y yo paramos antes.

La cueva ha desaparecido con ellos adentro, ni rastro de vida humana, los equipos de rescate han desistido.

Los lugareños ya advirtieron que esa cueva estaba maldita, pero la curiosidad les ha matado.

Todavía me pregunto de donde salió ese resplandor que nos cegó varias horas, un hecho fantástico que escapa al control humano.

Pasados dos años, siguen las investigaciones, pero ni rastro de la cueva ni de los cadáveres de mis compañeros.







No hay comentarios:

Publicar un comentario