miércoles, 12 de mayo de 2021

Secuestrado.


 El ruido de un tiroteo consiguió animarles de nuevo, hace días que cesaron las hostilidades, pero los francotiradores seguían al acecho, mercenarios a sueldo pagados por la guerrilla en contra del régimen totalitario.

Voy caminando por la avenida principal y el crujir de los cristales en mis botas me recuerda que una bala perdida me puede costar la vida, vuelvo a casa, no mas fotografías, ni crónicas relevantes, la guerra ha terminado.

Cerca de la frontera soy secuestrado por soldados del régimen, un mes de calvario, reivindicaciones y negociaciones, en el que mi vida depende de un hilo. Afortunadamente la suerte me sonríe y soy rescatado por los cascos azules.

Se acabaron las guerras para mí, ahora soy cronista  deportivo en un periódico local y soy muy feliz.

Si sigues viviendo en el pasado, le robas tiempo al presente y adiós al futuro

Carpe diem.


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