Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar, todo un capitán de la marina y nunca aprendió; cientos de misiones le avalan, pero esta vez no hay nadie en la retaguardia.
Ha caído por la borda y se está ahogando, antes de que nadie reaccione, es engullido por las olas, desapareciendo bajo las gélidas aguas en el Mar del Norte.
La tripulación está desolada, varios helicópteros sobrevuelan la zona pero su búsqueda resulta infructuosa, tras varios días, el cuerpo se da por desaparecido.
Han pasado dos semanas, su cuerpo irreconocible aparece flotando en costas danesas; colgada de su cuello una chapa maltrecha, en ella reza… no sé nadar.
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