Para que luego digan que los monstruos somos nosotros, en el centro de la Tierra se vive mejor.
En la superficie los humanos se aniquilan entre ellos sin importar nada a cambio, solo por no sé qué de unos ideales políticos o religiosos.
Guerras constantes, envidia, hipocresía, avaricia, etcétera.
Los desastres naturales avanzan sin remisión hacia el ocaso del planeta, por culpabilidad total de la especie humana.
Una inmensa mayoría perece de hambre, mientras una minoría vive en la más absoluta riqueza, a costa de la explotación a los más débiles.
Y los monstruos somos nosotros, me quedo en el centro de la Tierra.
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