domingo, 30 de septiembre de 2018

Recuerdos.

Los primeros recuerdos llegan con el uso de razón, causando gran sensación.

Es espantoso no reconocerte mi vida, no consigo recordar el aroma de tu perfume, ni esas tardes de salitre y sal en la orilla del mar. Por el contrario, si recuerdo el olor del estío y  ese aroma a tierra mojada.

Veo pasar mi vida en diapositivas, recuerdo el olor a café y esas noches en el Sardinero viendo jugar a mi querido Racing.

¡Pero joder!, no recuerdo lo que he comido ayer. -¡Qué putada!.- Lo que si recuerdo es lo mucho que te quiero mi amor.

Recuerdo mi niñez, pero no lo que hice ayer. Mi mente comienza a divagar, noto como mi cerebro se apaga.

Aquellos baños en el malecón viendo entrar a los barcos cargados de pescado haciendo sonar sus sirenas.

Años después me enrolaría en uno, siendo un patrón consagrado.

Me casé, tuve dos hijos y una esposa admirable con un corazón inmenso.

Hoy soy un barco enroñecido bajo el mar, mi cabeza un velero que navega surcando  recuerdos, dando arañazos al destino.

El resto de recuerdos son solo una despedida, una humilde revolución en mi corazón.

Noto que mi vida se apaga, me hubiera gustado disfrutar mas de mis nietos, llevándoles al templo a disfrutar de esas tardes de fútbol y frío.

Mi cabeza dice que esto se acaba.

Hasta pronto amor, sin más, se despide tu capitán.







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