Hueles a sal, a salitre, y arena,
olor penetrante sin parar,
hueles a mañana y azucena,
a salitre huele mi mar.
Hueles a amanecer,
a paseos de buena mañana,
a sin sentido que me hace estremecer,
al salitre en mi ventana.
Hueles a mi niñez,
a mis pensamientos adolescentes,
eres el don de la sensatez,
a la oscuridad, de bellos anocheceres.
Eres mi compañera,
mi bálsamo de salitre y paz,
eres una amiga solatera,
te balanceas como el vuelo de una ave rapaz.
Hueles a tierra mojada,
al salitre de mi novela soñada,
a esa roca de silueta recortada,
a esa barquita que se aleja descarada.
Hueles a salitre disgustado,
a corazón arrinconado,
te venero hasta la saciedad,
eres el mar de mi soledad.
Hueles a salitre y bondad,
al salitre de mi soledad,
eres el mar de la inmensidad.
Eres salitre y sudor,
hueles a temperamento y pundonor,
hueles a sangre y arena,
sangre que corre por mis venas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario