jueves, 10 de septiembre de 2020

Mi querido amanecer.


 Exactamente lo mismo que decía cuando estaba viva, a diario,su mítica frase, mi querido amanecer.

Sus paseos matutinos a la orilla del mar eran conocidos en Santander, en su querido Sardinero.

Incluso ya siendo una anciana con muchas limitaciones, seguía acudiendo con asiduidad.

El alzheimer se la llevó, pero hoy sigue siendo un icono para todos los amantes del mar.

Camina por la orilla sin cesar, entre algas, arena y sal.

Amanecer, tras amanecer, mi querido amanecer.

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