jueves, 17 de septiembre de 2020

Huir.

 Qué gusto da verlo todo recogido, los de la mudanza pasarán mañana a llevárselo todo.

Por fin en nuestra nueva casa,rodeados de naturaleza, lejos del ruido y la polución.

La ciudad no era segura, el virus avanza y la única forma de no contagiarse es el aire puro y el distanciamiento de la humanidad.

Es una huida hacia la libertad de lo desconocido, bosques frondosos, cascadas, riachuelos y una innumerable legión de animales salvajes.

La ciudad no es nuestra meta, la multinacional ha quedado atrás, las ovejas ya están produciendo leche y pronto tendremos nuestros primeros quesos en el mercado.

Volveremos al asfalto.



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