martes, 5 de junio de 2018

Paso fronterizo.

Los dejaremos entrar aunque nos cueste un quebradero de cabeza.

Ha oscurecido, el frío arrecia y vienen caminando desde muy lejos.

En el grupo vienen varios niños entumecidos y dos embarazadas. El paso fronterizo ya se ha cerrado, pero esta gente no entiende de horarios ni fechas en el calendario.

Hay comida caliente y ropa seca en los barracones; nos observan con la mirada perdida, llevan meses deambulando y están exhaustos.

Son conocedores de su hazaña, saben que ya pisan tierra libertaria y que su futuro es prometedor.

Al amanecer llegará el relevo, ahora o nunca.

Déjalos pasar, están saboreando la libertad.


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