Nos enviaban de una patada a las duras calles, había que reconstruir la ciudad destruida por la guerra.
Yo seguía sus pasos a través de las maltrechas calles, a la libertad.
La escasez de alimentos hacía estragos y te arrebataban la vida por un mendrugo de pan.
El estraperlo seguía su negocio y los edificios estaban controlados por francotiradores apostados en las ventanas.
Caminaba por las calles sobre una alfombra de cristales sintiendo el crujir de mis botas a cada paso.
Tras décadas todo sigue igual, las calles son una jungla y las personas maquinas de matar.
Yo sigo sus pasos...pasos hacia la ansiada libertad.
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