Salieron juntos cogidos de la mano en direcciones opuestas, sabedores de su relación prohibida.
Corren años de dictadura en la España de los cuarenta y su homosexualidad era pena de muerte.
Siempre se amaron desde la distancia.
Amador en Argentina es un capitán mercante de una naviera noruega.
Lorenzo es un importante agricultor de tulipanes en los Países Bajos.
Ambos formaron familias paralelas, hoy jubilados y con la dictadura dando sus últimos coletazos, se reencuentran en Madrid apurando su vida dando rienda suelta a su amor enjaulado.
Hoy ya fallecidos, son recordados como héroes de una dictadura cruel y una transición esperanzadora a la democracia actual.
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