-Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada, el final de un cuerpo reencarnado en el fantasma de la soledad.
-Vaga por las viejas habitaciones, ávido de aventuras que están por llegar.
-El ochenta y siete fue el año de su muerte y posterior reencarnación, pero la casa sigue encantada.
-Sus nietos le recuerdan como un ser amable y trabajador, un ferroviario jubilado, enamorado de sus innumerables maquetas ferroviarias.
-En la soledad de la noche pasa el tren haciendo sonar su sirena, recordando que Anselmo vivió en esta morada deshabitada.
-Como cada mañana coge su fiambrera y acude a la estación para ocupar su puesto de controlador ferroviario.
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