viernes, 12 de junio de 2020

Aprendiendo a sufrir.

Aprendiendo a sufrir cada dos minutos, peleando ante la adversidad a contracorriente, con valentía ante el silencio sepulcral.

No importan el cómo, ni el porqué, tal vez ha llegado el momento de dar el salto al vacío.

Esta es mi manera de existir, sin resignación, en cada gesto o mirada, afrontando cada situación, con paso firme y decidido, elegancia y hombría hasta la sepultura.

Con un optimismo efímero y huidizo, recabo recuerdos de mi mente vividos en mi niñez, buscando estabilidad constante en esta madurez existencial.

Prefiero no hablar y sí soñar que puedo echar a volar, a mi alrededor intuyo tu presencia cerca de mí, cierro los ojos y escucho tu respiración acelerada enredándose con la mía.

Que tu pena no te haga sombra, soñar con lo imposible, escribir sobre tu espalda un te quiero eterno, demostrarme que tengo la llave para abrir tu corazón, hundiéndome en tu luz.

Me basta con un adiós, pero no quiero que sea una despedida, sin tu aliento no podría vivir, se antoja muy difícil seguir sin ti.

No quiero seguir siendo ese idiota que no se atreve a decirte a la cara que he vuelto para seguir dando guerra hasta la infinidad eterna.

Sigo estando a tu lado, al fondo de esa llanura estéril, en el universo del asfalto, al final de la calle alegría.

No necesito a la gente para ser feliz, necesito aire para respirar en el ocaso del mar, silbando melodías eternas sin que nadie las oiga, gritándole al viento lo mucho que te anhelo.

Regando primaveras, en veranos tórridos de esas tardes de Julio en el Mediterráneo, silbando a un otoño ventoso y gris, llamando a un invierno frío y tenebroso.

Esta vez vengo para quedarme, para afrontar la realidad, para escuchar tus suspiros de amor, enloquecer a tu lado cada noche con sangre y pasión.

Ya estoy cansado de no parar, quiero gritar que ya estoy de vuelta, te quiero escuchar, mientras enloquezco sin razón.

Sigo aprendiendo en el caminar de tus suplicas, quieto parado, me digo a  mi mismo, creo que me quedo aquí, a atender mi desolación.

Pintando corazones, resbalando por tu espalda gotas de rocío, plasmando pensamientos en el mural de la inocencia con los pelos de un pincel ligero y astuto.

Me encomiendo a la luna eterna, al sol abrasador, a la lluvia incesante, al amanecer del relente nocturno, de un paso decisivo a la realidad incandescente.

Estoy que no toco el suelo, intento alcanzar las nubes pero se han esfumado, flotando en un mar de estrellas que brillan en esa oscuridad incesante.

Sigo aprendiendo a sufrir, a caminar por la vida de puntillas, sin hacer ruido, galopando entre las olas como un pura sangre enloquecido, bebiéndome la vida a tragos, sin tregua.

Aprendiendo a vivir para poder sufrir mientras el mundo gira y gira sin piedad.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Un favor.

El próximo favor se lo pido a Santa Rita, que lo que te da, ya no te quita.

Tú eres un ser mezquino y deleznable, que se cobra los favores, hasta ahogar a las personas.

Un ser hipócrita, distante y arrogante, plagado de enemigos que buscan venganza hacia tu persona.

La prepotencia y avaricia, llevas por bandera, llegará ese momento que vas a necesitar ayuda, pero serás pagado con la misma moneda.

Porque favor, con favor, se paga, con solidaridad y dignidad, pero eso no  va contigo.

Un favor no me vengas a pedir, porque te vas a arrepentir.


miércoles, 6 de mayo de 2020

El tahúr.

Espero el milagro, me lo juego todo a esta carta, si sale par, seré adinerado,si es impar, una ruina será mi vida, esta noche se ha complicado y no veo el final.

Soy un tahúr empedernido, hoy es la última partida, ya no me queda nada.

El mes pasado me jugué mi casa, mi mujer ha desaparecido y mis dos hijos no me hablan.

Maldito baile de lobos en busca de su presa, no van a parar, hasta poderme atrapar.

El tahúr acaba su partida, ha salido par, soy rico y nado en abundancia, pero pobre de espíritu en una soledad eterna.

domingo, 26 de abril de 2020

Secretos de ciudad.

Cae la noche en la ciudad y  salen a relucir sus secretos mejor guardados, en su mayoría pasan desapercibidos sino fuera por el estudio minucioso que estoy realizando.

Como cada día y a la misma hora, un coche encarnado aparca en la esquina y se apea una rubia que es vecina del edificio de enfrente, deduzco que son novios y cada mochuelo vuelve a su olivo.

Son las once y la noche está desapacible, en la lejanía se oye al camión de la basura con su recorrido rutinario, la cena ya está servida y me siento a la mesa.

Hoy ha sido una jornada bastante escabrosa, demasiados documentos atrasados y había que ponerse al día. Cuando llegaba con mi coche a casa, ya de noche, he visto algo muy desagradable,una señora tirada en el suelo lloraba desconsoladamente porque un ladronzuelo la había robado su bolso, he parado a socorrerla y me he percatado que era la vecina octogenaria del ático C.

Se escucha el ronroneo de las palomas, la noche está silenciosa, hasta que el ruido de una sirena perturba mi apasionada lectura de un libro sobre la fiebre del caucho en el Amazonas a comienzos del siglo xx. Decido apagar la luz e intento conciliar el sueño  que al amanecer el despertador no tiene piedad.

Se oyen voces en la calle, está muy oscuro pero a través del cristal puedo distinguir la silueta del vecino de enfrente que vuelve ebrio como cada noche,su mujer asomada a la terraza le vierte un cubo de agua encima y le recrimina a gritos que hoy no entra en casa, a lo que él la responde con insultos y amenazas.

Amanece un nuevo día, los secretos nocturnos, dan paso a los diurnos. Se oye un perro ladrar, sus ladridos indican que es la hora de empezar a funcionar, mientras me doy una ducha rápida, caliento café, para no perder tiempo y salir pitando a la oficina.

Ya en camino, el atasco diario de la M-30, me recuerda que cualquier día me lío la manta a la cabeza,
me mudo a la sierra y cambio radical de estilo de vida.

Madrid es cada vez mas aterrador, sus atascos, su contaminación, su estrés diario,sirenas, obras y un sinfín de inconvenientes que pueden llegar a hacerte odiar esta ciudad, sino fuera porque la venero, ya me hubiese marchado. Amo su asfalto, sus monumentos, sus gentes, su bullicio, sus garitos,sus tapas......de Madrid al cielo dicen.

Ya en la oficina, sentado en mi mesa frente al ordenador, si miro a cada lado están mis compañeros, mas papeles,teclados, etcétera, pero si miro de frente a través de la cristalera veo mercamadrid, un goteo constante de camiones que entran cargados y salen vacíos,  dicen que cuando Madrid duerme, mercamadrid trabaja.

Hoy  es viernes y los compañeros quieren salir de tapas al acabar la jornada por la Latina y si tercia tomar unas copas por Atocha.

Siempre apetece verse las caras fuera de la oficina en un ambiente distendido departiendo en la barra de un bar y discutiendo a ver  quien la tiene más larga.

Creo que ya es hora de volver a casa, taxi con tres compañeros más y a Princesa.

Hoy Sábado toca descansar, madrugo y me voy un rato a correr por el templo de Debod, es temprano y hay poco bullicio, de  camino a casa paro en la panadería a coger pan y croissants  calientes para desayunar con mi querida esposa.

Avanza la mañana tranquila, cocino un solomillo al queso, mientras apuro una copa de Ribera reserva del 06.

Siesta breve con la parienta en el sofá, unas caricias y arrumacos y película repetida en el canal de turno.

Salimos hacia la galería de mi gran amigo Claudio que hoy estrena obra  de un pintor consagrado del barrio de Salamanca, entre pinturas y esculturas varias unos canapés y un albariño afrutado que hace las delicias de los paladares mas exigentes.

Mi esposa es galerista y comisaria de la galería y estamos invitados a una cena de gala en el Palace, acabaremos la noche tomando unas copas en el casino, hoy es noche flamenca y actúa  Miguel Poveda en directo.

De vuelta a casa el taxista se cree que somos turistas y nos quiere dar una vuelta innecesaria para ganarse unos cuartos extra, a lo cual mi esposa le recrimina que si nos ha visto cara de británicos desfasados, vale que vamos con una copa de más, pero no pretendas timar a una madrileña nacida en Chamberí. Me crié entre cuadros de Sorolla y paseos por el Retiro, mi padre fue el comisario del Sorolla durante muchos años, de ahí mi vocación y mi actual profesión.


Es domingo y toca relax total en casa, mantita, sofá, película mala y hacer el vago para coger fuerzas y comenzar el lunes con alegría y vigor.

Anochece y vuelven las mismas caras, los mismos gestos, las mismas voces, coche encarnado en la esquina, vecino ebrio que se tambalea,esposa histérica que grita sin cesar. Camión de la basura, libro y ambulancia que pide paso a través del asfalto oscuro de la urbe.

Secretos de ciudad bien guardados, de fácil accesibilidad si eres un poco observador, Madrid y sus circunstancias, su Puerta del Sol, Plaza Mayor, España y su Gran Vía.


martes, 21 de abril de 2020

Aquí vivo yo.

-Al final del pasillo, se ve grabada una inscripción en la que reza, aquí vivo yo.

-No te quiero en mi morada,vete, los forasteros no son bien recibidos.

-Me dijeron en la inmobiliaria que en esta casa vivió una familia acaudalada, pero no me advirtieron que seguía habitada.

-Me mudo a la sierra buscando la paz que no tenia en Madrid, pero veo que no estoy solo.

-Vete a cualquier otra parte, o no me olvidaras jamás.

-Los lugareños dicen que el primogénito falleció en extrañas circunstancias.

-Aquí vivo yo,disculpa mi osadía,a mi alrededor te intuyo, el eco es mi voz.


sábado, 18 de abril de 2020

Imaginar


elinsurgentecalleja.com 

Imaginar

https://elinsurgentecalleja.blogspot.com

Imaginar, es un proyecto que dos amigos y compañeros  empezamos a desarrollar  antes de la pandemia y que ahora debido al confinamiento y cada uno desde nuestra casa, hemos hecho realidad a través de las tecnologías.


Este es el resultado, espero y deseo que sea de vuestro agrado.

Gracias queridos seguidores y amigos, qué disfrutéis.
Salud y fuerza.

#SaludosInsurgentes

https://vimeo.com/409222921